Interactuando con el usuario, o de cómo motivarlo para llevarlo por nuestro camino
28 de noviembre, 2006 por Catuxa
Siempre me ha maravillado el tema de cómo redactar en condiciones un mensaje de sistema, mensajes de error o de confirmación de envío de un formulario, o de cualquier tipo en donde la máquina y el usuario deben poner de su parte la mejor de las intenciones para entenderse y que fluya la comunicación y el entendimiento.
Aspectos como informar, ofrecer respuestas y guiar al usuario para la solución de posibles errores, no es una tarea sencilla ni un tema baladí; por eso admiro el esfuerzo de los que saben de ésto para conseguir redactar estos mensajes de manera original y sin perder el humor.
Hay un estupendo artículo sobre éste tipo de mensajes, de Josep M. Junoy en Alzado, Mensajes del sistema donde recalca la importancia de éstos para lograr una buena usabilidad de nuestros sitios.
Donald Norman y Clayton Lewis en su libro User Centered System Design: New Perspectives on Human-Computer Interaction afirman que la interacción con un sistema debe entenderse como un intento de cooperación entre el sistema y el usuario.
Todo este tema, viene hoy al caso, a raíz de un mensaje de correo electrónico que me llegó desde el Sedic para recordarme que ya está disponible la Encuesta del Sedic 2006 sobre nuestra profesión y que a qué espero para contestarla.
En este caso no se trata de un mensaje del sistema, propiamente dicho, sino de un aparentemente informal email, pero que sin duda lleva detrás momentos de reflexión acerca de la mejor forma de redactarlo para incitar a los socios (receptores del mensaje) a que cumplan con el objetivo: rellenar un aburrido y largo formulario (como son la mayoría de las veces las encuestas).
Primero te “picamos” con el lema que se cumple con el 99% de los españoles: siempre queremos comer lo que tiene el vecino en el plato, o dicho más claro que el agua “culo veo, culo quiero”:
Hemos recibido ya 97 respuestas… ¿falta la tuya?
Tienes de tiempo hasta el 11 de diciembre, pero también puedes hacerlo hoy.
Si quiere hacernos alguna sugerencia, aunque sea seria, no dude en enviárnosla a través del siguiente formulario. En internet hasta lo más descabellado puede ser viable (valga como muestra nuestro grupo trabajando gratis para “la humanidad”)
Y ya de paso pregunto a los que saben, ¿cómo podríamos llamar a estos e-mails tipo, que buscan interactuar con el usuario-cliente y obtener una buena respuesta de la audiencia y por consiguiente, un mejor aprovechamiento del feedback?
Mensajes de humor, uf… que poca seriedad…
Tratando de responder a lo que planteas, Catuxa, yo a ese tipo de mails que lo que buscan es “interactuar con el usuario-cliente y obtener una buena respuesta de la audiencia y por consiguiente, un mejor aprovechamiento del feedback”, simplemente les llamaria mensajes planificados y diseñados pensando en el usuario.
Sin más.
Muy interesante la reflexión, Catuxa, pero ¿hiciste la encuesta?, es decir ¿conseguimos el propósito que se buscaba con la frase? Me gustaría saberlo, como uno de los autores intelectuales del mensaje de Sedic, pero también como parte de tu comentario sobre el uso de mensajes directos, que yo llamaría “mensajes de persuasión”.
Este tipo de mensajes no siempre resultan efectivos, deben sonar a nuevo y no ofender. Por lo menos son breves y no hacen perder el tiempo a nadie, ya que si pretendemos que 1000 personas hagan una encuesta, no nos queda más remedio que mandar varios mensajes, pero no queremos cansar a la audiencia.
Javi, el usuario esta cansado de tanto encorsatamiento y tanta seriedad, se pueden hacer las cosas bien (y seriamente) pero con humor, tú eres una prueba de ello: MSLGR!!!
Gracias por vuestros comentarios, tanto mensajes planificados, como apunta Daniel, como mensajes de persuasión (que bonita denominación) como apunta Luis.
Y aunque se me olvidó decirlo, sí que hice la encuesta, como no iba cubrirla si ya la habian cubierto 97 compañeros ¿iba a ser yo menos?
Aprovecho para felicitaros por el trabajo que estais haciendo en el Sedic, Luis, siempre con esas pinceladas de humor irónico que también conoce Javier Leiva.