Bibliotecarios 2.0 en la Administración
18 de agosto, 2009 por Catuxa
Conversación entre dos recién funcionarias de bibliotecas:
El viernes, cuando acabamos el curso, le digo a una compañera.
- Bueno, cuando estemos el lunes en nuestros destinos ya nos mandamos un mail para ver que tal
- Compañera: Pero puede que no tengamos ordenador
- Cómo no vamos a tener ordenador?
- Compañera: Es que tu sin el ordenador no puedes vivir, pero yo con una mesa ya tengo suficiente
[Sufrido por Iodena, ahora destinada en Valencia]
Y lo peor de todo es que no es un chiste, y si encima hablamos de las herramientas sociales: apaga y vámonos, qué piensan nuestros compañeros y jefes cuando nos ven chateando con los usuarios, actualizando los blogs, contestando a los comentarios de los fans del espacio en Facebook… ? ¿estamos perdiendo el tiempo?
Lamentablemente no en todas las organizaciones hay un jefe como el de María Jesús del Olmo en la Embajada de EEUU en Madrid que dice eso de que habrá que dejar de hacer lo que estábamos ahciendo para poder dedicar tiempo a lo que realmente ahora importa.
Eso eso, jefas como Maria Jesús.
No es por malmeter, pero… supongo que los que nos acusan de usar esas herramientas para perder el tiempo son los que desconectan el móvil cuando entran en el trabajo, los que no hacen (ni reciben) llamadas personales y los que ni miran su correo personal, ni leen el periódico (impreso, claro) y un largo etc.
Recuerdo a Daniel Pinienta que hablaba de tecnologías tan asumidas por la sociedad y llegan a un punto que son transparentes. O usamos, estas tecnologías, abrimos estos canales a los usuarios y las aprehendemos o simplemente será como no tener teléfono en nuestras bibliotecas.
¿cuantos de los jóvenes estudantes prefieren chatear a usar el teléfono?
Y no sólo eso Didac, son los/as que reciben al usuario presencial con cara de perro, los/as que no quieren enterarse de que el usuario puede estar a 50 centímetros o 500 kilómetros, los/las que no tienen capacidad para recomendar un libro o dvd, o juego de rol (hasta ahí lo entiendo) pero que tampoco tienen capacidad para entrar en un foro, buscador o blog para recomendar esa lectura al usuario. Y acabo con un refrán: no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Yo veo día a día cosas que dan miedo en mi biblioteca…
No todos tenemos un jefe como Mª Jesús que no solo no impide estas nuevas tareas en las bibliotecas sino que incluso las impulsa. Estamos hablando de nuevas herramientas y tareas cuya introducción en las bibliotecas parte generalmente de las bases y algún que otro mando intermedio. Y esto en la historia de las bibliotecas es algo inusual, de ahí tanta resistencia.
Y sobre las compañeras de las que comentas, Catuxa, son las mismas que hace ya 20 años se negaban a usar los ordenadores porque no eran mecanógrafas.
En el fondo siempre afloran dos razones para este tipo de comportamiento: miedo a la tecnología y miedo al cambio.
…y sin embargo, muchas labores se pueden llevar a cabo sin necesidad de tener un ordenador delante. Es más, en algunas partes puede que haya trabajo para alguien que no quiera tocar un ordenador en toda la jornada de trabajo. Igual se saca más partido de una trabajadora así poniéndola a realizar trabajos que no tengan que ver con las nuevas tecnologías.
¿Cuántos usuarios de la biblioteca no usan un ordenador y hace uso de los servicios? o la contrario ¿qué porcentaje de usuarios han utilizado el ordenador en su uso de la biblioteca? Igual no siempre es tan necesario el ordenador. O igual sí, pero no constantemente.