Augurios y posibilidades del futuro de la Biblioteconomía
11 de diciembre, 2009 por Catuxa
Mi lado blogger hoy está contento porque a pesar de llevar más de 7 años leyendo blogs y pese a los malos augurios que dicen que los blogs han muerto, sigo sorprendiéndome de la gran cantidad de buena información que descubro leyendo y comentando en blogs… los blogs siguen siendo fuente fiable para descubrir y acceder a información (no ya literatura gris porque es facilmente accesible por diferentes vias) buena, bonita y barata a golpe de clic.
El caso es que gracias al post La Biblioteconomía del futuro de Ruth Lopez Zazo publicado en el blog de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid (que como bien indica su nombre “La Biblioteca informa al bibliotecario”), me “informo” de lo que se contó en la conferencia Algunas posibilidades para la biblioteconomía del futuro (organizada por la Biblioteca del Instituto Internacional en colaboración con la Embajada de los Estados Unidos en España) a cargo de Eric Lease Morgan, encargado del Departamento de Acceso Digital y Arquitectura de la Información de la Biblioteca de la Universidad de Notre Dame, Indiana (EE.UU.), y de Virginia Ortíz-Repiso, directora del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Carlos III.
De entrada, creo que ya es un dato a tener en cuenta para pensar en el futuro de la biblioteconomía, el hecho de que Lease Morgan ostente el cargo de “encargado del Departamento de Acceso Digital y Arquitectura de la Información de la Biblioteca de la Universidad de Notre Dame“, eso no implica que no sea, de formación bibliotecaria, sino que en algunas organizaciones, por fin, se han dado cuenta de que:
1) La profesión ha evolucionado, las necesidades de información y los modos de búsqueda no son las mismas de antaño
2) El nombre IMPORTA, si queremos hacernos visibles, respetados y valorados, no es lo mismo que en tu tarjeta de visita ponga que eres bibliotecario (con el desprestigio que lleva asociada esa etiqueta: cualquiera vale para bibliotecario, el bibliotecario está todo el día leyendo, el trabajo del bibliotecario consiste en pasar libros por un codigo de barras…) a que diga que eres Gestor de información, y para muestra el post de Marcos Ros “No me llames bibliotecario, llámame …” donde nos cuenta que Nancy Friedberg escribía en el diario The New York Times, en octubre de 2001 que el nombre que pudiese definir un puesto de trabajo podía hacer cambiar significativamente la retribución que se podía obtener por él: para un puesto denominado Bibliotecario (Librarian) una persona podía ganar hasta 27.000 $ al año, pero si se cambiaba esa designación por Especialista en la gestión de la información (Information – management specialist), el puesto podría aumentar hasta 100.000 $.
Y leyendo la ponencia de Eric Lease, A few possibilities for librarianship by 2015, adopto sus consejos para que el futuro de la Biblioteconomía sea prometedor: poner el contenido en su contexto o lo que es lo mismo, que la información, el contenido de nuestros fondos (sean estos de la naturaleza que sean: impresos, electrónicos, en línea…) sean de más fácil acceso lo que quiere decir que debemos reflexionar sobre el funcionamiento y la utilidad de nuestros catálogos, ofrecerles la información que realmente puede ser de utilidad más allá de la típica ficha catalográfica:
annotate, compare & contrast, create flip book, do concordance against, find opposite, find similar, highlight, incorporate into syllabus, plot on a map, print, rate, review, save, share, summarize, tag, trace citation, translate, etc.
Y para poder acercar el contenido a los usuarios debemos conocer primero qué tipo de usuarios tenemos, cuáles son sus perfiles, qué necesitan, que le puede interesar, cómo buscan y utilizan la información, etc. de igual forma que en las grandes cadenas de fast food es posible encontrar menus para los más pequeños, menús bajos en calorías, menús para vegetarianos, menus para los que tienen mucha hambre… también deberíamos revisar nuestros servicios y productos y personalizarlos acorde a unos perfiles de usuarios como hacen ya en la Hennepin County Library con los inmigrantes, los niños, los adolescentes, los mayores, los que buscan empleo… como decía Ranghanathan: a cada lector su libro, o cómo hacen en Imaginarium: los adultos tienen su entrada, los niños tienen la suya…
Adaptarse a los cambios implica adaptarse a las nuevas formas de búsqueda de información de los usuarios, utilizando para ello las herramientas tecnológicas disponibles
Adaptarse al cambio, conocer nuestros usuarios, como hacen en Imaginarium
La Web Social nos ofrece herramientas tecnológicas para acercarnos a los usuarios, para comunicarnos con ellos para conocerles mejor, herramientas para mejorar y ampliar nuestros servicios, que la Biblioteconomía no solo muera, sino que además se vea como una profesión necesaria y valorizada pasa porque dediquemos parte de nuestro tiempo y energia: las posibilidades de la Biblioteconomía sólo están limitadas por nuestra imaginación y voluntad para transformar en realidad nuestros deseo.
Catuxa, excelente reflexión, algunas observaciones más de cara a la evolución y futuro de nuestra profesión:
“que la información, el contenido de nuestros fondos (sean estos de la naturaleza que sean: impresos, electrónicos, en línea…) sean de más fácil acceso lo que quiere decir que debemos reflexionar sobre el funcionamiento y la utilidad de nuestros catálogos, ofrecerles la información que realmente puede ser de utilidad más allá de la típica ficha catalográfica…”
Yo iría incluso más allá. La “información” (en genérico) está convergiendo en la World Wide Web y está tendiendo a ser digital. Y todo lo que esté en la World Wide Web y sea digital está convergiendo hacia la nube
entendiendo por esto que pueda ser accedida desde cualquier dispositivo, en cualquier momento y lugar. Deberíamos empezar a pensar en cómo echar abajo las “barreras informativas” a los documentos, en cómo desintermediar la información con ayuda de los buscadores generales (y sí, aquí hay una discusión pendiente muy seria sobre qué son los buscadores y qué significa lo que son) en la mejor forma en que podemos utilizar y aprovechar los formatos abiertos de descripción y compartición de datos. La información
pública es pública, para todos, para ser explotada y compartida y reutilizada y aprovechada al máximo de todas las formas que sea posible, desde cualquier lugar, por cualquier medio, por cualquier persona y en
cualquier momento.
Ahora mismo con las bibliotecas actuales y sus muros y sus fondos FÍSICOS esto no es más que una utopía.
El ¿99%? de los edificios de las bibliotecas y de sus fondos hoy día no son accesibles, algo que en una sociedad que se pretende democrática y para todos como la nuestra, y con el ecosistema tecnológico que está
surgiendo, no es admisible.
¿De verdad sigue teniendo sentido considerar a las bibliotecas como “islas cerradas” de información con millones de ejemplares repetidos cuando en dos días los libros van a ser digitales? ¿Cuando vivimos en una Sociedad Red? ¿Cuando además de la física se está tendiendo a conformar una Identidad Digital de cada persona http://www.azarask.in/blog/post/identity-in-the-browser-firefox/ en el marco de la Web (que se está dando fundamentalmente a través de redes formales sociales -ya sean profesionales o personales- o informales?
En cuanto a la importancia del nombre, pues sí, me gusta mucho la etiqueta de bibliotecario, la tengo muchísimo cariño, pero quizá vaya siendo hora
de cambiarla y quizá vaya siendo hora de empezar a pensar qué nuevos usos pueden asumir los edificios de las bibliotecas, qué nuevos servicios se pueden ofrecer, qué nuevas funciones pueden asumir los
bibliotecarios/arquitectos/gestores/documentalistas/expertos en Información.
Como mencionaba Jesús Tramullas en Iwetel con atinado acierto:
“La cuestión clave no es defenderlas [las bibliotecas], que no hace falta, es pensar qué servicios de valor añadido dan, o pueden dar, que no puedan dar otros… y para mí el mero y simple acceso a recursos externos de información digital no es un valor añadido”
La biblioteca física debería ser una extensión de la World Wide Web donde los bibliotecarios ofrezcan los servicios de atención, de formación, de orientación personal y presencial que la Web no puede ofrecer porque la Web es un mundo digital y no real (físico). La biblioteca física debe mutar y aprovechar sus instalaciones y sus recursos de personal para ofrecer todo aquello que la Web no puede ser, reconvertirse en centros de información, en centros cívicos culturales, en salas de conciertos, en…
…no tengo ni idea, pero en todos aquellos servicios a la comunidad relacionados con la información que se puedan imaginar.
Las bibliotecas universitarias se llenan más para estudiar cuando llegan los exámenes, pero en los EUA a veces también acogen movidas multitudinarias organizadas al momento a través de sms y redes sociales para distendirse y rebajar el stress.
Véase una de esas reuniones a las 22h en el hall de la biblioteca de la James Madison University, Harrisonburg, Virginia:
http://www.libraryjournal.com/article/CA6711077.html?nid=2673&source=link&rid=17549035
Flash mobs and raves, both loud and silent, have become something of a tradition at campus libraries
Josh Hadro — Library Journal, 12/10/2009
a.. Gatherings organized via Facebook
b.. Some library staffs prepared, add security
c.. Is stress relief a library concern?
As students are consumed by final exams, many embrace their campus library more than at any other time in the semester. For most, that means making use of 24/7 study halls, and perhaps extended reference hours. But for some, it means getting down in the hallowed halls, and letting off steam while trangressing against the traditional idea of the library as a staid and quiet place.
Library raves, flash-mobs, and parties are nothing new, and many librarians are now attuned to sources like Twitter and Facebook groups that often serve as organizing platforms for these events.
Still, massive student gatherings can be quickly coordinated with relatively little effort via social media networks, as seems to have been the case Sunday night at James Madison University’s (Harrisonburg, VA) East Campus Library around 10 p.m.
Con ánimo de sumar en los comentarios vertidos hasta ahora, pues no tendria sentido negar la evidencia y la realidad de la necesidad de información actual y de su correcta gestión, sí querría comentar algunas cosas en que estamos un poco al “limite” si se permite la expresión.
Estamos todos de acuerdo con la “apertura” bibliotecaria y su ubicación como centros de conocimiento en la nube, pero no tengo nada claro que esto sea aceptado por todo el colectivo ni por sus “mecenas”, “propietarios”, o como se quiera decir.
Por un lado están las bibliotecas más generales (latu sensu) con una actividad concreta más ámplia y por otro las municipales más pequeñas -por lo que he podido conocer- puede que más están sujetas a un entorno y ligadas a un servicio a la comunidad muy específico -muy necesario y básico- que no por ello se deben limitar a él, però las limitacions presupuestarias y/o la visión o misión de quién las dirija puede orientar su grado de integración.
Por otro lado no toda la información en “soporte celulosa” se encuentra en la red. Hay montón de información en este soporte que no es en absoluto despreciable, y creo que no debemos dar saltos, sin primero dar pasos.
Está muy claro que hay que mirar al frente y al futuro de la profesión para no verse estancados y el término “gestores de información” ya va en esta dirección, siempre que no se quede vació de contenido.
Por otro lado el tener la información “accesible” y dispuesta para todos nos enfrenta con organismos y organizaciones que quieren limitar su difusión gratuita, y aquí tendremos que tocar madera pues hoy en día las cosas no están como para ir poniendo la cultura “gratis” o la información “gratis” al alcance de todos. Las perspectivas en este sentido son de pago, aunque nos pese y esto puede ser un handicap y una fractura muy importante para la libre circulación de la información y el conocimiento pueda llegar a todos, incluso aquellos que carecen de recursos.
Veremos como se puede resolver esto.
Seguimos compartiendo opiniones y información…
Muy buena reflexión Catuxa!
La denominación BIBLIOTECARIO puede que este un poco pasada en el tempo, pero seguro que no está pasada el sentimiento de nuestra misión de buscar, traer, tratar, divulgar la INFORMACIÓN de una forma lo mas eficaz e eficiente posible.
Si a esto le podemos juntar la emoción e la ilusión de hacer siempre lo mejor posible creo que estamos delante una maravillosa profesión sea la de Gestor de Información sea la de Bibliotecario.
Saludos Bibliotecários-ambulantes desde el otro lado de la Raya imaginária
me gusta y mucho..tus publicaciones están cargadas de positivismo para nuestra profesión…gracias, ah y que sepas y espero no te importe muchos de estos articulos me los llevo a mi muro en el facebook para que lo lean muchas personas interesadas en ésta materia, y gustan muchísimo…gracias de nuevo”
Efectivamente el nombre importa, como cita Catuxa, pero en este análisis se olvida casi siempre que formamos un colectivo de profesiones o una profesión con diferentes perfiles profesionales. Creo que en el terreno de los documentalistas y bibliotecarios se reconoce un tendencia a la convergencia que debería sentirse también con los archiveros: ojo, convergencia en cuanto a compartir numerosos proyectos comunes, no en cuanto a unificar identidades profesionales. Buscar una etiqueta común puede parecer útil pero también es arriesgado, primero por que conlleva una sensación de pérdida de identidad para los colectivos que se sientan a gusto con su etiqueta tradicional, segundo por que traza límites confusos con la multiplicidad de funciones que están ligadas a la gestión de la información o del conocimiento. La imagen social cambiará sin necesidad de buscar etiquetas novedosas
Catuxa, desde Polán estamos complentamente de acuerdo contigo, y nos reconforta leer todo esto, pero ¡nos falta tiempo!… Y personal, claro. No quiero contarte lo de siempre: querer sacar adelante muchos proyectos entre pocas personas, no siepre resulta positivo ¿no?… Queremos hacer, hacer, hacer…, pero esto no es suficiente, cuando no puedes dar más de tí, y la vida sigue más allá e todo en lo que nos vemos implicados… ¡Diarreas mentales en las que nos metemos incluco un sábado noche -madrugada ya- en la que no DEBERÍAMOS estar aquí… Nos hablamos en toro momento…
Estamos barajando tres conceptos diferentes: denominación profesional, competencias profesionales y retribución del profesional. Yo entiendo que el reto al que nos enfrentamos es a que nuestro colectivo profesional se le reconozca socialmente la competencia para realizar unas funciones que reportan alto valor a las organizaciones -y que por lo tanto están muy bien remuneradas- y que superan ampliamente las que tradicionalmente nos vienen asignadas. Pero también pienso que la mayoría de las organizaciones, tanto púbicas como privadas, todavía deben madurar mucho para entender el valor que les puede aportar estas nuevas funciones que nosostros estamos reclamando como propias.
Organizaciones concienciadas y profesionales capacitados. Si conseguimos eso, lo del nombre seguramente sea hasta secundario.
Apreciados colegas del mundo. Cambiarle el nombre a nuestra profesión no genera un impacto positivo en la sociedad; tiende más bien aconfunsirse. Es lo mismo que cambiar la denominación de las Bibliotecas por [Bodegas de conocimiento] [Templos de la sabiduría, etc.]. El referente que tenemos los habitantes de este mundo en nuestra cabeza es Biblioteca y está directamente relacionado con libros en cualquier formato. Creo que lo que debemos cambiar es la actitud frente a nuestro oficio y el servicio que ofrecemos, mejorar día a dia nuestra relación con los usuarios y mantener actualizados en lo relacionado con el manejo y dominio de los recursos tecnológicos y de información para disponerlos con facilidad y en tiempo oportuno para nuestras comunidades.
Un saludo de navidad y año nuevo
Gosto da reflexão e do modo como termina: ” las posibilidades de la Biblioteconomía sólo están limitadas por nuestra imaginación y voluntad para transformar en realidad nuestros deseo”
[...] Una de las últimas entradas de Deakialli Documental… Algunas posibilidades para la biblioteconomía del futuro. [...]