Bibliotecas públicas ¿censura o democracia?
09 de marzo, 2010 por Catuxa
Esta mañana nos desayunamos con la noticia de El Pais en donde se afirma que las bibliotecas públicas de la Comunidad de Madrid restringen el acceso a diversas páginas y servicios de Internet a sus usuarios: “Las bibliotecas públicas limitan el uso de cientos de páginas de Internet“:
Tanto la Comunidad como el Ayuntamiento -que gestionan 27 y 28 bibliotecas, respectivamente- han considerado que hay webs donde el usuario no tiene por qué entrar y las han bloqueado. La restricción no sólo afecta a los equipos, instalados en cada centro, sino que las páginas prohibidas tampoco pueden verse desde un ordenador particular.
Las páginas y servicios vetados son entre otros el acceso a Youtube, a Spotify y a páginas con contenidos que consideran pornográficos como el caso de la revista Interviú. Entre las argumentaciones de los servicios informáticos figura nada más y nada menos que:
“Todos los usos recreativos o particulares de la web no tienen cabida en la biblioteca pública”.
Y eso es lo que me ha aterrado, no es que se veten contenidos, es que se está vendiendo al público en general la idea de que en la biblioteca pública no tiene cabida el ocio… terrorífico y más aún cuando uno lee los comentarios de los lectores de El País a la noticia y se encuentra cosas como estas apreciaciones de usuarios de las bibliotecas de la Comunidad de Madrid:
- Las bibliotecas son sitios donde se promueve los estudios y no son pasatiempos, como muchos piensan.
- Soy usuario habitual de la Biblioteca de la Comunidad y me parece bien la medida, ese acceso a internet debe ser con los fines propios de las bibliotecas, fomentar el conocimiento. Resulta curioso ver gente que se conecta a INTERNET para leer el períodico, que además esta en versión papel en esa misma biblioteca.
Yo me pregunto qué clase de broma de mal gusto es ésta cuando un gran sector de la profesión bibliotecaria luchamos día a día por desmitificar la imagen de biblioteca como centro del saber y museo del silencio… y rectificar la idea que muchos ciudadanos tienen de la biblioteca pública.
De poco sirve lo mucho que están haciendo compañeros bibliotecarios por ampliar los servicios de la biblioteca pública, por establecer colaboración y lazos con otras organizaciones por diseñar y poner en marcha campañas de participación ciudadana, etc de nada sirven estos esfuerzos si después la imagen que ofrecemos de nuestras bibliotecas es que a la biblioteca se va a estudiar y a leer, en papel, claro.
¿Qué piensan los “censores” de estas bibliotecas de la labor que están cumpliendo en Biblioredes ahora las bibliotecas públicas en Chile como mediadoras y catalizadoras de información a tiempo real de los desaparecidos en el terremoto, ofreciendo acceso a Internet a la ciudadanía para lo que necesiten?
¿Deberíamos vetar en la biblioteca pública el uso de internet para hacer apuestas de caballo o para invertir en bolsa o para presentar la declaración de hacienda, como he oído hace unos días a una compañera?
Y sobre todo qué pensarán nuestros usuarios en potencia como los de esta nativa digital que tiene muy claro lo que espera encontrar cuando va a una biblioteca?
¿Y vosotros que opinais? ¿Debe la biblioteca pública dedicar sus esfuerzos a “educar” a la población? ¿o debemos trabajar para que la biblioteca sea un lugar de encuentro y diversión, además de un punto de información continuada?
Mientras haya gente que no entienda que las bibliotecas públicas son antes que nada un espacio de la comunidad, estas estupideces seguirán ocurriendo. Lamentable, además, que eso ocurra en tiempos de crisis, en los que las personas cuentan con menos recursos para financiar su ocio.
Acabamos de subir los vídeos de las primeras conferencias sobre biblioteca pública y crisis a Youtube. Eso ¿será para uso “recreativo” o “particular”? Por otra parte, en la administración pública regional de Murcia han bloqueado Vimeo, Flickr, Dailymotion y otros sitios de vídeo e imagen, lo que hace muy difícil trabajar a veces… si hasta hubo un momento en que no podíamos acceder a nuestros propios álbumes en Picasa :-0
Realmente increible, de otra epoca. Estoy de acuerdo en proteger los equipos de daños informáticos, pero restringuir el acceso a la información es un disparate colosal. Que difícil es cambiar la imagen de nuestra profesión con medidas ridículas como estas.
Hay algo que me preocupa mucho y es esa imperiosa necesidad de separar el conocimiento del “ocio”. Después de tantas décadas de “aprende jugando” resulta que debemos tener sólo ciertos canales para el conocimiento cuando las nuevas tecnologías se están encargando de dejar en evidencia que no hay frontera que no se pueda romper. Todo esto sin entrar en cuáles son las funciones de la Biblioteca Pública y la labor de extensión que hacen muchos bibliotecarios con entusiasmo y tesón.
“Impepinable, indigerible” Aparte del tema de la censura, nos pasa lo de siempre: listillos, especialmente quien no tiene ni pajolera idea, se otorga el derecho a “gestionar” de y sobre lo que ni sabe ni ha hecho el mínimo esfuerzo en saber. ¡¡Informáticos decidiendo sobre los fines de las bibliotecas!! Nos lastran al oscurantismo. Que se lo creen ellos que vamos a tragar con ruedas de molino. Visibles somos y más que nos haremos (a pesar de ellos).
Por cierto, ¿qué es eso de “usos particulares”? Que yo sepa, todos los usos que hagamos de Internet, sean los que sean, son particulares…Todo libro, CD, información, etc etc prestado por una biblioteca es para uso particular. ¡Qué idiotez más grande!
Y, por último, como muy bien dice Adriana, ¡qué miedo dan los que nos vienen ahora con que cultura, ocio, recreo, esparcimiento,…son compartimentos estancos!
En fin, sí, dan más miedo los comentarios de algunos a la noticia que la noticia en sí.
Muy difícil esta el tema, pero, por desgracia, siempre seguirá ocurriendo…….
La semana pasada escribí un post donde lanzaba la pregunta de ¿por qué el usuario prefiere un Starbucks a una biblioteca? como lugar de lectura-estudio-recreación. Tu post, sólo ha venido a confirmar mis sospechas de que en alguna parte nos estamos equivocando al mandar el mensaje correcto de la esencia de la biblioteca. Aunque a mi me disgusta bastante ver este tipo de comentarios, me queda claro que la culpa no es del usuario, sino de un sector de nuestro gremio que sigue viendo a la biblioteca así y logra incrustar esta idea al usuario.
Es una pena que hoy en día veamos este tipo de censura y esta visión equivocada de la biblioteca. Y, no puedo estar más de acuerdo con lo que comenta Adriana Garrido: lamentable que se intente separar el ocio del conocimiento.
Me parece lamentable que la Concejalía de Cultura de Madrid diga que es “el criterio que marca nuestro departamento informático”
É um pouco estranho esta ideia de que as bibliotecas públicas não são locais de diversão. Nós, em Portugal, passámos os últimos 20 anos precisamente a chamara a atenção para o facto de as bibliotecas públicas, para além de permitirem o acesso à informação, serem igualmente locais agradáveis, de divertimento, onde se está à vontade. Não estou certo se teremos sido muito bem sucedidos e não sei o que resultaria em Portugal em termos de opinião pública. Talvez afinal não estivéssemos tão diferentes de Espanha…
O que também se pode perguntar é, se não há lugar ao prazer e ao divertimento nas bibliotecas, então qual é o lugar da leitura? Ou a leitura não poderá servir para o ócio?
É bom que estejamos atentos.
Me parece algo increible, entonces por ejemplo leer blogs tampoco se tendría que poder hacer porque eso es ocio ¿o no?, ¿dónde hay que poner la barrera de lo que es ocio y lo que no?, además de que mi opinión es que las bibliotecas hay que reconvertirlas en “centros sociales” más que en sala de estudios y libros colocados.
Soy usuario de las bibliotecas públicas de A Coruña.
Comprendo vuestra posición, pero como también tenéis que comprender la posición del departamento informático de turno.
Si bien su explicación es escueta, los motivos van mucho mas allá de si se permite éste contenido por que es ético, y este no lo es.
Se trata de ancho de banda.
En las bibliotecas a las que yo tengo acceso sí hay acceso a youtube. Personalmente lo uso para visualizar cursos y conferencias que me interesan, sin embargo a veces se hace imposible porque el ancho de banda no es infinito, y está todo el mundo viendo vídeos.
El problema está muchas veces en el ancho de banda. Youtube se come el ancho de banda de las bibliotecas municipales, y en cuanto a la página web de Spotify, desconozco el bloqueo por que lo que realmente come ancho de banda, es spotify en sí mismo.
En cuanto al contenido pornográfico es evidente que se bloquea por que en las bibliotecas puede haber menores.
Entiendo que todo ésto está un poco cogido con pinzas, pero creanme, no es tan fácil.
Lo ideal sería que limitaran el ancho de banda para ciertas páginas, pero ahí entraríamos en otro problema.
Con todo ésto lo que quiero decir es que no todo es tan fácil como ponerse a decir ¡¡nos censuran, nos censuran!!
En A Coruña, además, suelen usar un programa de bloqueo, Dansguardian, que bloquea automáticamente ciertas páginas, usando diverso métodos automáticos como pueden ser las palabras que aparecen en la web (“Sexo” es una de ellas) etc.
Mi propia web estaba bloqueada, se lo comuniqué y eliminaron el bloqueo sin problema.
Me extrañaría que en la comunidad de Madrid no tuvieran un programa semejante, y, si bien veo el bloqueo de youtube excesivo, no dudo en que antes de haberlo bloqueado (o quizá tiene un bloqueo automático, vaya usted a saber), les haya supuesto un verdadero quebradero de cabeza.
Saludos.
Soy usuario de las bibliotecas públicas de A Coruña.
Comprendo vuestra posición, pero como también tenéis que comprender la posición del departamento informático de turno.
Si bien su explicación es escueta, los motivos van mucho mas allá de si se permite éste contenido por que es ético, y este no lo es.
Se trata de ancho de banda.
En las bibliotecas a las que yo tengo acceso sí hay acceso a youtube. Personalmente lo uso para visualizar cursos y conferencias que me interesan, sin embargo a veces se hace imposible porque el ancho de banda no es infinito, y está todo el mundo viendo vídeos.
El problema está muchas veces en el ancho de banda. Youtube se come el ancho de banda de las bibliotecas municipales, y en cuanto a la página web de Spotify, desconozco el bloqueo por que lo que realmente come ancho de banda, es spotify en sí mismo.
En cuanto al contenido pornográfico es evidente que se bloquea por que en las bibliotecas puede haber menores.
Entiendo que todo ésto está un poco cogido con pinzas, pero creanme, no es tan fácil.
Lo ideal sería que limitaran el ancho de banda para ciertas páginas, pero ahí entraríamos en otro problema.
Con todo ésto lo que quiero decir es que no todo es tan fácil como ponerse a decir ¡¡nos censuran, nos censuran!!
En A Coruña, además, suelen usar un programa de bloqueo, Dansguardian, que bloquea automáticamente ciertas páginas, usando diverso métodos automáticos como pueden ser las palabras que aparecen en la web (“Sexo” es una de ellas) etc.
Mi propia web estaba bloqueada, se lo comuniqué y eliminaron el bloqueo sin problema.
Me extrañaría que en la comunidad de Madrid no tuvieran un programa semejante, y, si bien veo el bloqueo de youtube excesivo, no dudo en que antes de haberlo bloqueado (o quizá tiene un bloqueo automático, vaya usted a saber), les haya supuesto un verdadero quebradero de cabeza.
Saludos.
Te entiendo Michelle, pero tus argumentos no invalidan la perspectiva que aquí se mantiene de que eso es censura, si acaso, intentan justificarla desde un punto de vista técnico, aunque yo creo que también existen soluciones si se quieren hacer las cosas bien y tú apuntas alguna. Repito que te entiendo, yo también uso de vez en cuando las bibliotecas públicas coruñesas y he encontrado bloqueos injustificables.
Mi consejo es que como usuarios peleemos por nuestra libertad, por ejemplo hacer un “bypass” a Dansguardian puede ser tan simple como escribir la IP en la barra de direcciones del navegador en lugar de http://páginaCensurada.com. Y no dejéis de protestar a través de las hojas de reclamaciones. Desobediencia a la censura y barra libre de complaints.
Un saúdo.