Biblioteca Universitaria de Lovaina
15 de abril, 2004 por vanesa
El fondo de esta biblioteca tiene una interesante historia que merece la pena comentar.
Fue creada en el S. XVII, en lo que en la actualidad es el Hall de la Universidad, su translado llegó pronto por falta de espacio y a principios del XVIII se mudó a un nuevo edificio. Mientras, su fondo no paraba de crecer por lo que llegó a contar con 8000 libros ya en el año 1736 y bien pronto se hicieron necesarias herramientas para su control. Así, “bajo el bibliotecariado” de Jan Frans van de Velde (1772-1797) se empezó a poner en marcha el catálogo de materias, con un cifra de volúmenes cercana a los 40.000.
El tiempo pasó y los problemas llegaron por la suspensión de las funciones de la Universidad, por lo que el fondo se transladó en dos ocasiones a la ciudad de Lovaina, donde se pusieron de acceso público. Los fondos seguian creciendo y de la cifra de 60,000 libros y 300 manuscritos en 1850, se fueron acercando a los 150,000 volúmenes a la entrada del S. XX.
En 1914 ardía en llamas la ciudad de Lovaina, provocada por la entrada de las tropas alemanas y con ella los 1,000 manuscritos, 800 incunables, y cerca de 300,000 libros que conformaban la colección de la biblioteca universitaria.
Se volvió a crear, esta vez contando con la ayuda internacional, aunque sus 400-000 volúmenes se volvieron a quemar en un nuevo fuego en 1940. Se volvió a levantar con el esfuerzo de todos y en especial con el de una bibliotecaria llamada Mgr. Etienne van Cauwenbergh ¡el centro en 1961, año de su retirada, tenía 1.000.000 de volúmenes¡
Y aquí llega el dato curioso de la historia. La Universidad se dividió en dos, formándose la Universidad flamenca y la Universidad Catolica de Lovaina, y llegó la duda de qué hacer con la biblioteca sobre la que tenían derechos tanto unos como otros. En España, no sé lo que se hubiese hecho. Quizás quemarla (si no es pa´ mi, no es pa´ nadie), apostarla a las cartas, olvidarla y ni siquiera preocuparse de ella, venderla… no sé que se hubiera hecho, pero habría traido muchos más problemas. Allí se llegó a una decisión salomónica, los estantes pares para una universidad y los estantes impares para la otra. (¿que interesante, verdad?)
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