El pasado viernes, Juan José Millás, al que admiro y leo, escribía un artículo para El País, Utilidades, que me hizo dudar si estabamos a 28 de Diciembre, Día de los Inocentes.
En el artículo, Millás, ridiculiza no sólo a un concepto como la Usabilidad, sino a todo un grupo de profesionales y buenas prácticas, que tienen por finalidad, hacernos la vida más fácil, cómoda y coherente:
La asociación española de la Asociación de Profesionales de la Usabilidad (en inglés, Usability Professionals’ Association, UPA) tiene como objetivo juntar a profesionales de la Usabilidad y áreas afines (marketing, diseño, tecnología, etc.), que comparten una visión común: crear interfaces en las que se generen experiencias de uso positivas, humanas, orientadas al usuario.
El escritor, no se si por ignorancia o “tolería”, resume el trabajo de los profesionales de la Usabilidad, y la disciplina misma, en conseguir que los cuchillos corten, que los bolígrafos escriban o que las regaderas rieguen…
[Imagen tomada de Javier Cañada, dedicado a hacer que los peines peinen]
Millás habla de la evidencia de lo evidente, pero no menciona por ningún párrafo los problemas de falta de evidencia y sentido común de muchas, muchísimas, páginas web y productos electrónicos. Vemos con naturalidad que una regadera riegue, y nos enfadamos cuando eso no funcional, pero por el contrario, no nos extraña que una página web no sea usable, carezca de menus intuitivos, botones claros y respuestas informativas.
Para evidencia de lo evidente, Juan José Millás, le dejo esta anécdota, real, conocida como el Test de Mamá, y que ejemplifica que no siempre se diseñó y diseña con sentido común, y de ahí la necesidad de una Asociación de Profesionales de la Usabilidad:
Dicen que Steve Ballmer utilizó a su propia madre como conejillo de indias en el lanzamiento del Windows95. Parece ser que cuando terminó la prueba, la buena señora le preguntó:
- “¿Cómo salgo de aquí?” – , a lo que su hijo contestó:
-”Desde el botón de inicio“.
- “¿Tengo que volver al INICIO para SALIR?” – preguntó alucinada mamá.
Las críticas, comentarios, valoraciones, etc, de ellos, los profesionales, no tienen desperdicio. Y es que te has pasado, Juanjo!!!
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